En nuestra América latina vivimos momentos de profundos cambios. Las conquistas sociales y electorales de los últimos tiempos han impulsado al campo popular en su lucha por conseguir mejores condiciones de vida. Para poder comprender todos estos procesos es necesario en primera instancia ser capaces de analizar el sistema en el que se encuentra inserta nuestra patria grande.
El orden económico dominante llamado capitalismo se encuentra en su fase superior, el imperialismo, caracterizado este último por el fuerte predominio de monopolios en diversos sectores de la producción en todos los países del mundo.
En el contexto de la división internacional del trabajo, existen en el mundo países centrales y países periféricos. Siendo este último grupo el que está en busca de la soberanía en esta etapa histórica. Claros ejemplos de la estrategia de dominación sería la militarización de América Latina, las invasiones territoriales, la modificación del territorio y distribución estratégica de las multinacionales. Dentro de esta última ubicamos a la industria farmacéutica, como un máximo exponente del capital financiero.
Es así que a nivel social se vive un proceso antagónico irreconciliable entre dos clase sociales. Estas clases son la burguesía y el proletariado.
Por otra parte, la estructura económica del sistema se ve retroalimentada por el marco legal y político que ayuda a que éste se mantenga en vigencia, perpetuando el statu quo.
Queda en evidencia entonces, que el sistema se encuentra atravesando una de sus mayores crisis estructurales, reflejando la necesidad de construir una alternativa que solucione los problemas sociales vigentes.
Entendiendo a la educación pública en todos sus niveles como uno de los pilares fundamentales en la construcción de una nueva Latinoamérica, consideramos su defensa como una lucha estratégica de todo el campo popular. En este sentido los estudiantes reconocemos y reivindicamos la histórica alianza que existe con los trabajadores, sujetos históricos fundamentales en el proceso de construcción de la patria grande.
Juntos debemos luchar por una educación liberadora y de calidad, que sea capaz de generar conciencia para si, y como parte del pueblo necesitamos comprender la importancia de la organización y la unidad en este proceso de lucha social.
Cuando hablamos de universidad no podemos dejar de mencionar la heroica lucha de los estudiantes de la Universidad de Córdoba. Hasta el día de hoy el manifiesto liminar es reivindicado como bandera de todos los estudiantes de nuestra América. La necesidad de construir la universidad con un modelo latinoamericanista, autónomo del gobierno, cogobernado y gratuito en todos sus niveles también debe tenerse presente. Pero nunca olvidando que cuando hablamos de autonomía, está jamás será de las necesidades del resto de la sociedad, del resto del pueblo. La Universidad debe estar en consonancia permanente con las necesidades del pueblo, y debe ser conciente que su responsabilidad en la formación de profesionales debe planificarse en base a las mismas, ya que entendemos a la universidad como parte del pueblo, siendo este el que tiene las herramientas necesarias para transformarla. La universidad debe transformarse o el pueblo organizado derrumbará sus puertas.
Con respecto al cogobierno, entendemos esencial la participación en este de estudiantes, docentes, graduados (egresados) y trabajadores, entendiendo que cada actor, desde su perspectiva particular y única debe aportar de forma igualitaria a la toma de decisiones. La gratuidad de toda la educación ha sido y será una reivindicación histórica del campo popular, entendiendo a esta como un derecho fundamental de todo ser humano y un bien colectivo. Jamás deberá ser tratada como un bien de intercambio mercantil.
Cuando hablamos de universidad no podemos desconocer sus funciones esenciales, por lo tanto debemos pensar la investigación de cara a los intereses del pueblo, impidiendo que esta sea únicamente patrimonio del capital y de las necesidades de las empresas y del mercado. La extensión debe ser trabajada en conjunto con la sociedad, concibiendo a la misma, como un proceso de articulación constante con su realidad, de forma tal que los productos que generen las universidades surjan desde el pie.
Así como la educación, los modelos de salud deben generarse desde el pueblo, siempre entendiendo a la salud como derecho humano fundamental, es por eso que el estado debe ser el garante fundamental, asegurando las condiciones de accesibilidad a un sistema de salud de calidad, integral, digno, comprometida socialmente para el pueblo en su conjunto.
Por esto comprendemos que tanto la formación de profesionales del área, como la definición del sistema de salud son esenciales en el proceso de construcción de una alternativa latinoamericana.
Con respecto a la formación de profesionales del área, entendemos esencial planificarla en torno a las necesidades de salud de la población, rompiendo con la lógica de las universidades dedicadas a formar profesionales para el mercado. También es necesario luchar contra las posiciones corporativistas sectoriales que muchas veces desde lógicas extremadamente económicas defienden sus intereses aunque estas sean en desmedro de la atención de salud y las condiciones de vida del pueblo.
El cambio de paradigma de la salud también abarca redefinir quien tiene depositada la responsabilidad de la salud. Para romper con el modelo medico hegemónico, es esencial que cada persona pueda adquirir las herramientas que le permitan construir su propia salud, y comenzar a construir una lógica de trabajo multidisciplinar, en donde el trabajo en red sea premisa fundamental en la construcción de un nuevo modelo de salud.
En este marco reivindicamos el modelo de salud cubano y venezolano, que a través de la estrategia de Atención Primaria en Salud (APS) y descentralizando sus servicios han logrado llevarlos a toda la población, por otra parte y en la misma línea, el avance del programa venezolano, Barrio Adentro.
Además reconocemos y apoyamos los avances que se están produciendo en materia de salud a lo largo de todo el territorio latinoamericano, en este sentido es necesario recalcar que la salud debe ser garantizada y regulada por los estados, siendo estos quienes deben proporcionar lo necesario para que se respete el derecho a la libertad de elección en todos los aspectos concernientes a la salud, como por ejemplo la necesidad de algunos estados de comenzar a discutir la despenalización del aborto, como elemento esenciales para democratizar la salud.
Por lo expuesto, es necesario que como estudiantes y trabajadores de la salud, nos comprometamos a seguir construyendo una alternativa, para que el pueblo latinoamericano siga la senda de la construcción de la patria grande, para que en el bicentenario de las patrias Latinoamericanas la salud sea libertad.
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